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Marketing y flyers, aliados inseparables

Los recursos de los que disponemos para llegar al cliente son amplísimos y muy variados. Y más amplios y variados aún gracias a internet. Sin embargo, el papel sigue siendo un valor seguro, y por eso los flyers son ahora mismo una herramienta básica en casi cualquier campaña de marketing.

Ya sea por un reparto mano en mano, por una campaña de buzoneo o por enviar a varios trabajadores a colocarlos en los limpiaparabrisas, estos folletos tienen un grandísimo alcance.
Tienen además una ventaja enorme con respecto al marketing digital: no puedes bloquearlo con un adblocker. Por lo tanto debes introducirlo en tu estrategia si quieres invertir algo de dinero en publicitarte por las calles.

El gran problema que presenta es que fácilmente puede acabar en la basura según se entrega. ¿Cómo podemos evitarlo? Porque esto es un gasto de dinero y tiempo que no queremos asumir nunca. Vamos a dar algunas claves.

1. El diseño de los flyers es vital

A nadie le gusta un trozo de papel con cuatro letras escritas en Times New Roman. Tenemos que disponer de unos folletos adecuados a la marca que representan, que plasmen lo mejor posible la imagen que queremos proyectar. Y si aún no la hemos definido, el flyer debe ayudarnos a hacerlo.

La elección de las imágenes, tipografías y colores pueden definir nuestra marca, por lo que hay que prestarle mucha atención.

2. Los mensajes deben ser atractivos

Unido a lo anterior, lo que digamos tiene que ser coherente, sin faltas de ortografía, oportuno y próximo al público al que queremos llegar. Si no lo hacemos así nuestra imagen pública puede verse muy dañada.

Es importante también escoger un mensaje adaptado al público y a la campaña: no es lo mismo una campaña de buzoneo por Barcelona que una de perching en Valencia.

3. ¿Dónde distribuimos?

Hay que ser consecuentes con las zonas en las que repartimos los flyers. Esto nos servirá principalmente para no malgastar dinero encargando más de los que necesitamos. O para no quedarnos cortos en caso de pedir pocos.

Además, un reparto excesivo puede llevar a que los folletos acaben tirados a montones en la basura o en el suelo lo que repercutirá muy negativamente en nuestra reputación.

E intenta adaptarte también a la geografía general: puede que lo que triunfe en una campaña en Madrid sea un fracaso en otra en Sevilla.

4. Constancia, constancia, constancia

No esperes resultados inmediatos de una campaña de reparto de flyers. Ni en mano, ni por parabrisas ni por buzones. Necesitamos constancia y tesón. No sirve de nada inundar una zona con folletos si no lo hacemos periódicamente: el mensaje no cala casi nunca a la primera. Hay que aspirar al máximo número de clientes potenciales, y eso no se consigue en un asalto.

Además, ten en cuenta que recibir folletos crea una sensación de familiaridad si se hace cada cierto tiempo, de forma que facilitas que cuando alguien tenga necesidad de tu producto piense primero en ti.

5. Haz un buen seguimiento

Es muy sencillo hacer un seguimiento de cómo funcionan tus flyers. Hay elementos obvios como las propias ventas. Y ahora con las nuevas tecnologías, la inclusión de un código QR también nos ayudará al tracking de los folletos.

No nos equivoquemos: por mucho que estemos en la era digital, la versatilidad y alcance de un simple trozo de papel siguen siendo armas mucho más poderosas que mil líneas de códigos.