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El diseño, cada vez más importante a la hora de recordar y poner en valor una marca

Uno de los elementos que más se tienen en cuenta para el desarrollo de una imagen de marca es, sin duda alguna, el diseño.

Capital para destacar sobre la competencia, transmitir una filosofía de marca, compartir valores y, en definitiva, una identidad, el diseño es cada vez un arma más importante para para hacerse visible, destacar y mejorar la posición de una determinada marca en el mercado.

Entre otros asuntos de vital importancia para las marcas el diseño de un determinado proyecto debe encaminarse a que, cuando un determinado cliente potencial está a punto de realizar una compra o se interesa por un determinado producto o servicio, tenga en cuenta a esa firma que “se ha hecho recordar” por su trabajo en este campo.

Algo que se puede apreciar a través de estudios como el que asegura que aquellas empresas que proyectan una imagen potente son recordadas en un cincuenta y dos por ciento más que aquellas que se perciben como más débiles en este asunto para el consumidor.

Donde también tienen una importancia capital el diseño es a la hora de recordar un determinado proyecto empresarial. Según los últimos estudios al respecto aquellas que son más recordadas generando una proyección positiva y acorde con los intereses y valores de una determinada audiencia son capaces de conseguir resultados hasta casi un ochenta por ciento mejor que aquellos que abandonan este aspecto.

Es por eso que muchos expertos en branding vienen repitiendo hasta la saciedad, y muy especialmente de un tiempo a esta parte, que una vez una firma logra inocularse en el recuerdo del consumidor, las posibilidades de que se nos tenga en cuenta durante la decisión de compra se multiplican exponencialmente.

Llegados a este punto, la pregunta que muchos empresarios y departamentos de comunicación y marketing se hacen es cómo conseguir un diseño que conecte con su público objetivo y sea recordado

Pues bien, según varios gurús especializados en comunicación de marca la clave está en ser capaces de integrar en el diseño aquellos elementos que nos definen como proyecto y en el modo en el que estos se disponen.

Un diseño ganador es aquel, subrayan, que contiene las tres ‘C’. Es decir, que suma claridad, consistencia y comunicación. Algo que también afecta al modo en el que los distintos elementos que conforman un diseño se integran.

Aquí es donde tenemos pues que tener muy en cuenta desde los colores hasta las formas, pasando por los logos o la moda en la que nos mostramos en una web o en un paquete de envío. Todo tienen que estar ligado y respondiendo a las 3 ‘C’.

Algo que empieza dándose cuenta de la importancia que tiene el diseño en la manera en la que se nos va a concebir por parte de unos consumidores que aunarán estos ‘imputs’ derivados del diseño con nuestras prácticas colocándonos, a la postre, en nuestro sitio.

Y es que, igual que los contenidos visuales generan mucho más opiniones e interacciones en las en las redes sociales, dado que su procesamiento es mucho más rápido que otros, el diseño es capaz de simplificar también procesos de decisiones de lo más complejos entre las nuevas audiencias, que comparan los productos y los proyectos empresariales antes de decantarse por uno o por otro.

Si algo debe quedar claro sobre este asunto es que el diseño no debe interpretarse como una un elemento aislado dentro de la estrategia de marketing y de los procesos de compra, sino que debe asumirse como un elemento capital, integrado a todos los demás, e imprescindible para mejorar los resultados finales de todo proyecto empresarial.