A pesar de lo que muchos creen, en buzoneo ha variado mucho desde que empezase a utilizarse como mecanismo de comunicación publicitario. De hecho podría decirse que, más allá de lo básico, es decir, de la colocación de folletos publicitarios en los buzones, todo es nuevo en comparación con lo que se hiciera allá por el siglo XVII cuando empezó a recurrirse a esta técnica de marketing. En parte, como consecuencia de la llegada de la nueva era tecnológica de la información y la comunicación, que todo lo ha cambiado, incluyendo a la publicidad directa.
Algo que resulta fácilmente apreciable echando un vistazo tanto a los diseños de aquellos folletos como, sobre todo, al sistema de producción de los mismos. Y es que ni los materiales, ni la forma de comunicar, ni, obviamente, la producción en cadena de los impresos publicitarios, tienen nada que ver con aquellos que se hacía servir hace más de tres siglos.
El factor que más ha influido en el éxito de esta estrategia tiene que ver con el cambio de concepción a la hora de repartir los folletos habiéndose pasado de campañas masivas sin reparar en la importancia de seleccionar el público a las estudiadas campañas que ahora se llevan a cabo tras estudiar minuciosamente el estilo de vida, los hábitos de compra, el nivel económico y tantos otros baremos que son capaces de marcar la diferencia entre una campaña de éxito y una que fracasa.
Ni que hablar de la revolución que ha supuesto la planificación de campañas de buzoneo que se sirven del big data o de la geolocalización dando lugar al nuevo geomarketing o geobuzoneo en el que a través de los dispositivos móviles con acceso a internet, el servicio GPS y otras mejoras tecnológicas han convertido al nuevo buzoneo en una estrategia de las más efectivas, económicas y que mejores tasas de retorno ofrecen a quienes recurren a ella.
Y es que esta segmentación y estos cambios tecnológicos han permitido conocer en qué localidades, barrios o edificios de viviendas se puede tener un mayor porcentaje de éxito en cada acción, a través, eso sí, de estudios previos que nos indicarán el camino a seguir y a no malgastar esfuerzos en busca de la mayor tasa de conversión para las empresas que apuestan por el buzoneo.
El marketing online, aliado del buzoneo
A todo esto hay que sumarle otro gran cambio que ha convertido en aún más atractivo si cabe al buzoneo. El hecho de que se pueda combinar con otras estrategias de marketing directo y de online marketing generando sinergias con las nuevas tecnología de la mano de enlaces, códigos promocionales, descuentos en comercios electrónicos etc. De hecho, según los expertos, no hay mejor forma de garantizar los mejores resultados en el marketing que combinando publicidad directa con publicidad en línea, sobre todo si, como el buzoneo, exigen inversiones mínimas a cambio de resultados sólidos y en poco tiempo. Parece que al buzoneo le ha sentado mejor que bien -pese a lo que muchos barruntaban- la llegada de las nuevas tecnologías.