Vivimos en una época donde parece que todo debe ser ya online. Desde ir de compras hasta hacer una campaña de marketing directo. Pero no siempre debe ser así, los métodos tradicionales como el correo o el buzoneo siguen siendo efectivos.
De hecho no siempre es obligatorio moverse únicamente por internet. Existen formas como el buzoneo o el reparto de flyers que siguen dando resultados excelentes. Pero otros métodos como el correo postal están cayendo en el olvido, y se trata de un formato con muchas y jugosas ventajas.
¿Qué puede ofrecernos un método completamente analógico para que resulte atractivo en una época en el que parece que lo electrónico y digital está destinado a tapar y conquistarlo todo?
Aunque nos parezca mentira, tenemos una buena lista:
Capturar leads
Sí, a través de estos sistemas, incluyendo el correo postal, podemos conseguir nuevos leads. Y con la misma definición y el mismo nivel de profundidad de datos que si los recogieras por la Red de redes. La campaña se puede medir igual de bien que en una de marketing online.
Si a través del reparto incluimos la opción de devolver un formulario podremos llevar un buen seguimiento de los resultados de la campaña, además de obtener un siempre interesante cargamento de datos para usar como potenciales clientes o como retargeting.
En los mismos documentos que enviemos, sean estos folletos, flyers, dípticos o lo que nos haya requerido la campaña, podemos incluir también un link a alguna landing page que nos ayude a generar más tráfico. Igualmente es válido incluir un código QR. Esto además refuerza nuestra imagen de marca: nos da presencia física y virtual.
Segmentar a los clientes
Es bien sabido entre los expertos de marketing que ahora mismo la personalización es clave. A los posibles clientes les gusta sentir que la oferta es para ellos o, como mucho, para un selecto grupo que les incluye. ¿Enviarías la misma comunicación de tu producto a una persona de Sevilla que a una de Barcelona? Claro que no.
Si tu empresa trabaja con clientes de varios sectores querrás entonces diferenciarlos. No te va a valer el mismo mensaje para todos. Y esto funciona exactamente igual que una campaña de marketing online, con el añadido de que, igual que antes, gracias a un envío en papel estás reforzando tu imagen.
Cualquier tipo de reparto de publicidad física, sobre todo si es por correo, permite conocer si el potencial cliente da una respuesta o una reacción, y como con la recogida de datos hemos podido hacer una buena segmentación sabremos hasta qué punto hemos alcanzado los objetivos de la campaña.
Personalización de los envíos
Podemos llegar al punto de crear varios modelos y enviar los que necesitemos en función del nivel de personalización que queramos alcanzar. Por ejemplo, si vamos a enviar publicidad por correo en Madrid bien podemos poner un oso y un madroño, o una bandera de la comunidad. De la misma forma si queremos conectar con un público concreto de Valencia podemos usar más tonos naranjas, representativos de la región.
Esta opción es especialmente útil si la combinamos con una estrategia de email marketing, y se potencia aún más si añadimos una de reparto de folletos por las calles. La presencia y la persistencia son claves en la publicidad. Recuerda mantener la coherencia entre todos los formatos que escojas.
Usar bases de datos preexistentes
Si ya tienes en mente exactamente qué crees que será útil para un cliente concreto, puedes acudir a bases de datos ya existentes en las oficinas de Correos. Esto tiene un doble beneficio: evitas un gran trabajo de segmentación previa que tendrías que hacer para seleccionar a ese público y te aseguras evitar caer en el filtro de spam. Lo que se aplica en verdad a cualquier tipo de reparto de publicidad físico. Una gran ventaja sobre el email marketing.